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La diabetes es una enfermedad crónica, que sin un control médico adecuado, puede generar complicaciones graves como el pie diabético, el cual produce consecuencias más serias y discapacitantes. Esta condición afecta a millones de personas en el mundo y requiere atención inmediata para evitar amputaciones o infecciones mortales. 

La diabetes se caracteriza por niveles elevados de glucosa (azúcar) en la sangre. Esto ocurre cuando el cuerpo no produce suficiente insulina, una hormona generada por el páncreas, o cuando no puede utilizarla eficazmente. La insulina actúa como una «llave» que permite que la glucosa ingrese a las células para convertirse en energía. 

Si este proceso falla, el azúcar se acumula en el torrente sanguíneo, dañando progresivamente órganos, nervios y vasos sanguíneos, entre esos daños puede presentarse el pie diabético. En este artículo veremos qué es, sus causas, medidas preventivas y la importancia de un enfoque integral para mantener una buena salud podológica.

¿Qué es el pie diabético? 

El pie diabético es una complicación producida por un mal control de la diabetes, se caracteriza por la aparición de úlceras, infecciones o daños en los tejidos profundos del pie. Se produce principalmente por dos factores: 

  1. La “neuropatía diabética” es un daño en los nervios que reduce la sensibilidad y la “enfermedad vascular periférica” o mala circulación sanguínea.
  2. Cuando los niveles de glucosa en sangre permanecen elevados por años, los nervios y vasos sanguíneos se deterioran. Esto impide que el paciente perciba dolor ante heridas leves, como ampollas o cortes, y evita que el cuerpo repare adecuadamente los tejidos. Sin tratamiento, una pequeña lesión puede infectarse, gangrenarse y, en casos extremos, requerir amputación.

Causas del pie diabético

La principal causa del pie diabético es el descontrol glucémico persistente Sin embargo, existen otros elementos que contribuyen a su desarrollo, entre los cuales se encuentran:

  • La Neuropatía: La pérdida de sensibilidad evita que la persona note traumatismos, quemaduras o presión excesiva en el pie.
  • La Isquemia: La reducción del flujo sanguíneo dificulta la cicatrización y favorece las infecciones.
  • Las Infecciones bacterianas: Las heridas abiertas se convierten en puertas de entrada para patógenos como el “Staphylococcus aureus”.
  • Los factores externos: El uso de calzados inadecuados, la falta de higiene o caminar descalzo; además, hábitos como fumar, la obesidad o la hipertensión aumentan el riesgo de pie diabético.

Así se ve un Pie diabético

Así se ve un Pie diabético | Foto: Vitialife

Etapas del pie diabético

Las etapas del pie diabético pueden clasificar de diferentes maneras, pero una de las más utilizadas es la clasificación de Wagner, que distingue seis grados:

  • Grado 0: No hay lesiones en la piel, pero el pie está en riesgo debido a la neuropatía (daño en los nervios) o la enfermedad vascular periférica (mala circulación).
  • Grado 1: Úlcera superficial que afecta solo la piel.
  • Grado 2: Úlcera profunda que afecta los tendones, músculos o huesos.
  • Grado 3: Absceso (acumulación de pus) o infección ósea (osteomielitis).
  • Grado 4: Gangrena localizada (muerte del tejido) en una parte del pie.
  • Grado 5: Gangrena extensa que afecta todo el pie.

Pie diabético Tratamiento

La prevención es la clave para evitar complicaciones en el pie diabético. La buena noticia es que el pie diabético puede prevenirse con cuidados diarios y disciplina. Entre las medidas esenciales, tenemos las siguientes:

  • La Inspección diaria: Revisar los pies en busca de ampollas, grietas, enrojecimiento o cambios de temperatura.
  • La higiene meticulosa: Lavar los pies con agua tibia y jabón neutro, secar minuciosamente (especialmente entre los dedos) y aplicar crema hidratante sin alcohol.
  • El calzado adecuado: Usar zapatos cómodos, de material transpirable y sin costuras internas que generen rozaduras. Evitar tacones altos o punta estrecha.
  • Evitar los riesgos: No caminar descalzo, no usar almohadillas térmicas y cortar las uñas en línea recta para prevenir uñeros.

Un error común es subestimar pequeñas lesiones. Ante cualquier anomalía, se debe acudir al médico. 

La dieta es un pilar para evitar el pie diabético y controlar la diabetes

La alimentación juega un papel muy importante en la prevención del pie diabético. Una dieta equilibrada, ayuda a mantener estables los niveles de glucosa, reduce la inflamación y mejora la circulación. Es muy recomendable seguir los siguientes consejos en una dieta para prevenir el pie diabético:

  • Priorizar el consumo de fibra: Comer frutas, verduras y cereales integrales regulan la absorción de los azúcares.
  • Consumir proteínas magras: El pollo, el pescado o las legumbres favorecen la reparación tisular.
  • Evitar los alimentos ultraprocesados: Los azúcares refinados, las grasas trans y los excesos de sal dañan los vasos sanguíneos.
  • La clave de la hidratación: Beber suficiente agua diariamente, mejora la elasticidad de la piel y previene las grietas.

Los suplementos como vitamina B12 u omega-3, bajo supervisión médica, pueden complementar la nutrición. 

Pie diabético al momento de iniciar la enfermedad.

Foto de: Clínica de Podología Sanlúcar de Barrameda

La medicina preventiva previene el pie diabético

Además del autocuidado, el seguimiento médico es vital. Las acciones preventivas incluyen: 

  • Cámara Hiperbárica: A través de la Oxigenoterapia puedes tratar con nosotros en Medicert la diabetes.
  • El control glucémico: El monitoreo regular de hemoglobina glicosilada (HbA1c) para ajustar el tratamiento.
  • Las revisiones podológicas: Un especialista debe evaluar la sensibilidad y circulación en los pies cada 3-6 meses.
  • La educación del paciente: Usar los programas para enseñar técnicas de cuidado y detección temprana de los síntomas del pie diabético
  • El tratamiento oportuno: Usar antibióticos para las infecciones, desbridamiento de úlceras o cirugía vascular si hay obstrucciones graves.

La colaboración entre endocrinólogos, podólogos y nutricionistas marca la diferencia. 

Podemos concluir resaltando que el pie diabético no es una consecuencia inevitable de la diabetes. Con educación, hábitos saludables que incluyan una dieta sana y con los controles médicos periódicos, es posible reducir significativamente su incidencia e incluso evitar su aparición; lo importante es tomar en cuenta los consejos y aplicarlos. 

La clave está en entender que cada detalle cuenta: desde elegir un zapato adecuado, hasta mantener una dieta baja en azúcares. La prevención no solo es útil para salvar pies; sino que también salva vidas. Si tienes diabetes, no esperes a tener síntomas. Actúa hoy y protege tu salud integral y así evitar el pie diabético.

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